ENTREVISTA A JORDI SIERRA I FABRA
1. ¿Sobre qué edad, más o menos comenzaste a escribir?
Jordi Sierra i Fabra: A los 8 años atravesé una puerta de cristal. Casi perdí
el brazo izquierdo y la nariz (quedó colgada de un simple hilito de piel), amén
de cicatrices en la mejilla, la cabeza... Yo leía mucho, y en el hospital, como
una momia y colgado de alambres, era imposible. Sólo se me salvó el brazo
derecho. Le pedí a mi madre un cartón, papel y lápiz, para dibujar, pasar el
rato, y un día hice un relato de 3 páginas. Se titulaba “Asalto al First
National Bank”. En ese momento descubrí que escribiendo no tartamudeaba, porque
yo era un tartamudo de los duros. Hubiera sido escritor igualmente, nací para
eso, pero lo descubrí entonces. Y ya no he parado de escribir. Aquel relato me
lo rompió mi padre cuando se lo enseñé muy orgulloso, me dijo que no hiciera
tonterías, que estudiara. Así que nunca, repito, nunca volví a enseñarle nada a
nadie, ni a mis amigos. Aprendí la lección: da igual lo que digan los demás:
todo depende de ti y de tu empeño. Publiqué mi primer libro (de historia de la
música) a los 25, y la primera novela a los 28. Me sentía mayor, viejo. Hoy
entiendo que era muy, muy joven, y que fui un suertudo adelantado. En realidad
empecé a escribir bien a los 35 (y eso que ya había ganado uno de los grandes
premios de España con 31 años). Por eso hoy os pido siempre paciencia, que no
corráis, que os forméis, que esto es un largo camino, que escribir es sagrado y
publicar una responsabilidad, que hacerlo antes de hora es un riesgo, que hay
que escribir un libro al año a los 15, 16, 17, 18... y así hasta que tú mismo
te das cuenta de que, por fin, has hecho algo con sentido, que ganar un premio
como el mío es un mérito, pero que lo importante es cómo se siente uno al hacer
su obra. Yo creé el premio para motivaros, para que os probéis a vosotros
mismos, no para frustrar a nadie por no ganar. El día que los que nunca lo
ganéis os deis cuenta de eso habréis dado un paso fundamental en vuestro progreso
como personas y, tal vez, futuros escritores. El que ama escribir escribirá
siempre, hasta los 90 años o los 100, porque esto no es jubilable. Por lo
tanto, lo peor son las prisas, las angustias que muchos y muchas tenéis ahora.
Hay que disfrutar de los dones, y escribir es un don.
2. Sabemos que a parte de ser un escritor apasionado,
eres un lector apasionado. ¿Cuál es el libro que más te ha marcado? ¿Y el
último que has leído?
Jordi: De niño leía cosas cutres y horteras, así salí yo.
Alquilaba libros baratos de segunda mano (no tenía biblioteca ni en mi cole ni
en mi barrio) porque éramos pobres. No leí nada “decente” hasta los 14 o 15,
cuando llegué a Julio Verne, Salgari, Kipling, y, sobre todo, Richmal Crompton,
Edgar Rice Burroughs y Enid Blyton. También devoraba cómics, El Capitán Trueno,
Flash Gordon (de ahí mi amor por la ciencia ficción) y Rip Kirby (de ahí mi
amor por lo policiaco). Mi primer libro de cabecera fue “Las 1001 noches”. Y
por fin, con 16 o 17 años, no lo recuerdo, leí las dos novelas que, en ese
momento, me cambiaron la vida: “El filo de la navaja” de William Somerset
Maughan y “El manantial” de Ayn Rand. Lo último que he leído no lo digo, porque
son varios a la vez, y más ahora que tenemos la revista on line.
3. Aquí viene una pregunta típica: ¿qué tres libros te
llevarías a una isla desierta?
Jordi: Pregunta típica respuesta absurda: ninguno. Ya voy a
islas desiertas, dos veces al año, pero para encerrarme a pensar y escribir. Y
si fuera desierta, pero desierta de verdad, lo único que me llevaría serían
semillas para poder comer. Además, en una isla desierta no se lee, se muere
uno.
4. ¿Hay algún autor que te sirva de inspiración cuando
escribes tus obras?
Jordi: No. Después de los nombres que os he citado antes, forjé
mi estilo (ritmo, intensidad, muchos diálogos, frases cortas, puntos y aparte)
y lo único que desarrollé fue la técnica, que es diferente para cada libro.
Saber cómo contar una historia es lo único verdaderamente importante una vez
eres escritor. A mí es lo que más trabajo me da a veces, y puedo estar días,
semanas o meses antes de encontrar esa manera de hacerlo.
5. ¿La música te inspira o te molesta a la hora de
ponerte a escribir?
Jordi: Escribo con música, y a todo volumen, o en completo
silencio. La música me aísla. Es como estar bajo una campana, protegido por
ella. Tengo en mi despacho de Barcelona 30.000 discos (y las paredes forradas
con fotos con algunos de los grandes de la historia del rock). En Vallirana (mi
montaña), como está en medio de un bosque, prefiero el silencio. Utilizo la
música también en función de lo que escriba. No puedo hacer una escena
romántica escuchando a Led Zeppelin o AC/DC, sino poniendo piano o violines, ni
hacer una escena vertiginosa escuchando a Igor Stravinsky. Por ejemplo, cuando
escribo ciencia ficción siempre, siempre, pongo lo que en los 70 se llamaba
rock alemán, que no es sino música electrónica, Tangerine Dream principalmente.
6. ¿Cuáles de tus libros te gustaría ver en la gran
pantalla?
Jordi: Esa es una larga y dura historia. Muchas de mis novelas
han pasado al teatro, he hecho algunas cosas para TV, pero el cine... ¡ah, el
cine! Si me llamara George Saw (Jordi Sierra en inglés) estaría en Hollywood y
sería el guionista de George Lucas o de Spielberg. Eso no lo digo yo: lo dice
mucha gente desde hace 30 años. Pero somos españoles. Me llamo Jordi Sierra i
Fabra. A pesar de que mis novelas son guiones de cine (se nota que voy cada
noche al cine o me veo una o dos pelis en video desde siempre), cada vez que me
han comprado un libro al final no se ha hecho. Y me han comprado libros
directores famosísimos en su momento, como Imanol Uribe, o productoras como la
mismísima Buenavista Home Entertainment (que es parte de Disney), Marcha Films,
Jet Films... Novelas como “...en un lugar llamado Tierra”, “Noche de viernes”,
“El tiempo del olvido”, “El regreso de Johnny Pickup”... No hay forma. Siempre
pasa algo. Lo último que me han comprado, hace unos días, es “Un poco de abril,
algo de mayo, todo septiembre”. Ya hay productor, director (David Menkes), se habla
de los posibles actores (Hugo Silva y Ana de Armas), pero justo ahora TVE ha
reducido a la mitad el presupuesto y... Ya veremos. En fin: esto que acabo de
contar es exclusivo y confidencial. Sssh...
7. A estas alturas de tu carrera, ¿te sigues planteando
algún reto como escritor?
Jordi: Muy bueno lo de las alturas. A ver si me da vértigo.
Supongo que es una forma educada de llamarme “señor mayor”. Y sí, lo soy. Que
caray, son 65 años de vida. Me han pasado volando, pero han pasado. Lo
maravilloso es A) Que he cumplido todos mis sueños (el último era la Fundación)
y B) Que una vez cumplidos han surgido otros nuevos (el principal vivir hasta
los 100, lúcido, y seguir escribiendo, que es lo que más me gusta hacer). De
todas formas hablo de los sueños que estaban o están al alcance de mi mano, es
decir, los que yo puedo ganarme. Hay otros que no dependen de mí, como por
ejemplo que un día me caiga el Premio Andersen.
8. La mayoría de tus personajes son jóvenes ¿cómo
consigues identificarte con ellos de esa forma durante tanto tiempo? ¿No cuesta
eliminar la experiencia propia de los años de la voz de un personaje más joven?
Jordi: Tonterías. La edad es una circunstancia. Yo mentalmente
sigo siendo un crío de 17 años. Soy más burro (de buen rollo) que la mayoría de
vosotros y vosotras. Vengo del rock, soy feliz, me río siempre, hago lo que me
gusta, viajo... Supongo que pronto empezaré con achaques propios de los 70, los
80... pero tampoco creo que cambie mucho con ellos, porque siempre he sido el
mismo. El éxito (¿qué será eso?) no me ha cambiado. Por lo tanto es lógico que
viva en este mundo, sienta las cosas como siempre las he sentido y viva de
acuerdo a lo que soy. Veamos: si fuera abogado haría libros de abogados. Pero
¿cómo es mi día a día? Siempre estoy rodeado de gente joven, antes me mandabais
cartas contándome vuestra vida y ahora me mandáis mails, venís a mi casa a
verme, voy a escuelas, contesto a lo que me preguntáis en los foros, tengo dos
Fundaciones y aquí o en América Latina estoy siempre a vuestro lado. No tengo
amigos de mi edad. Si me paso la vida entre gente de 15 a 20 años es lógico que
en 7 de cada 10 de mis novelas los protas también tengan entre 15 y 20 años. Yo
no escojo los temas: me escogen ellos a mí. Pero mis novelas suelen ser duras,
mucho. Y encima se leen durante 15, 20 o 25 años, porque hay algo fundamental:
yo escribo de seres humanos, hablo de sentimientos, y los sentimientos no
cambian. Nos enamoramos igual ahora que hace 50 años. Hoy hay móviles,
Internet, la tira de cosas, pero los seres humanos seguimos siendo eso: seres
humanos. Por eso no me cuesta hacer lo que hago, ni a vosotros os cuesta
identificaros con ello. Meterme en la piel de un adolescente, chico o chica, es
parte de mi trabajo, como un actor que interpreta un personaje.
9. Has publicado 400 libros... ¡Y la cifra sigue
creciendo! A pesar de ello, ¿alguna vez te has sentido inseguro o has dudado de
tu talento como escritor?
Si es así, ¿qué te llevó a hacerlo?
Jordi: No, nunca he dudado. Ni de niño, cuando mi padre me lo
prohibió (decía que me moriría de hambre, que eso no daba para comer), ni de
adolescente, cuando me ponían ceros en lengua por ser diferente o me daban
palizas por ser tartamudo, ni de joven, solo contra el mundo. Yo lo tenía
claro. Y si tú lo tienes claro... La primera (y única) persona que creyó en mí
fue mi mujer. La conocí con 21 años. Llevamos 44 juntos. Os diré algo: superé
la tartamudez el día que dejó de importarme, es decir, el día que aprendí a
reírme de mi mismo y a no tomarme en serio. ¿Por qué cuento esto? Por lo
siguiente: la gente te hace daño cuando tú eres vulnerable. Todos tenemos
complejos (de bajos, de feos, de flacos, de gordos, de tal o cual) y los
complejos son grietas en nuestro ser. Un bloque de mármol es irrompible. Un
martillo sólo logrará descascarillarlo. Pero si ese bloque de mármol tiene una
grieta, entra en ella una gota de agua y se hiela, lo parte en dos. Los humanos
estamos llenos de grietas, y por ahí nos meten mano y nos hacen daño. Para ser
artista hay que ser un bloque de mármol, porque uno está solo, desnudo frente
al mundo, expuesto, y por lo general siempre será incomprendido, tachado de
loco, raro... No puedes gustar a todo el mundo ni pretender que todos te quieran.
Yo escribo lo que siento, cuando lo siento y como lo siento, pasando de todo
lo demás, halagos o críticas. Nadie sabe lo que hay en la cabeza de cada cual,
sólo uno mismo.
10. De entre todas tus novelas (que no son pocas), ¿a
cuál crees que le tienes más aprecio? ¿Por qué?
Jordi: Pregunta sin respuesta. Tengo dos hijos, ¿a cual quiero
más? Mis más de 400 libros son mis hijos. Yo los he parido, soy su padre y su
madre. Tengo una suerte: soy libre, independiente y feliz. Hago lo que quiero,
voy donde quiero, nadie me manda. Sería idiota si malgastara mi tiempo haciendo
algo que no me gusta o no siento. Así que escriba lo que escriba, gordo o
pequeño, lo hago volcándome con los 5 sentidos y disfrutando a tope. Luego el
libro es un hijo con vida propia, se va, y ya no depende de ti que se venda o
no, guste o no.
11. ¿Qué opinas sobre esta situación en la que todos
piensan dos veces (editoriales, escritores, lectores,etc...) a la hora de
elegir un libro? ¿Ves algo positivo? ¿Crees qué estos tiempos están haciendo
que solo los más "fuertes" del mercado sobrevivan?
Jordi: Siempre se ha pensado dos veces a la hora de elegir un
libro por parte del editor. Llevo en esto 40 años, y cada novela que hago pasa
un examen, como si fuera la primera. ¿Qué os pensáis, que por ser yo me lo
publican todo? Pues os equivocáis, ¡anda que no me devuelven libros ni nada!
Que si no nos encaja, que si no nos gusta, que si tenemos algo parecido en la
colección... En mi caso sé que si un editor no lo publica seguro que lo hace
otro, u otro más, pero me han llegado a devolver libros cinco o seis editores,
sobre todo por temas de riesgo (experimento mucho a veces) o de censura (no me
corto a la hora del lenguaje o los temas, y hay mucho miedo a publicar según
qué, como si fuerais tontos o hubiera que “protegeros”). Otra cosa son los
lectores, que tenéis saturación de novelas, aunque eso es bueno. No creo que
“sólo los más fuertes” sobrevivan. Eso no son más que frases rimbombantes.
Sobrevivirán siempre los buenos, ni siquiera los mejores: los buenos, los que
conozcan su oficio, sean honestos, no se corrompan, sigan su instinto, abjuren
de las modas. ¿Que ahora hay crisis? ¡Jo!, ¿nadie se acuerda de la Gran Crisis
del 73? ¡Aquello fue tremendo, no había gasolina para coches, dejaron de
fabricarse discos, se duplicaron los precios de todo en pocos meses, y tuvo
segundas partes en 1977 y 1979. ¿Cuando no ha habido crisis?
12. ¿Podrías compartir con nosotros alguna anécdota
interesante que te haya ocurrido con alguno de tus lectores?
Jordi: Eso daría para un libro, porque son muchos años,
demasiados. Tengo anécdotas casi con cada novela, con mis muchos viajes, con
lectores, maestras, comentaristas... El personaje de Isa en “La isla del poeta”
está inspirado en una de vosotras, es real. La historia de “Radiografía de
chica con tatuaje” surgió de las lágrimas de una fan abrazada a mi y contándome
su historia... Quizás la anécdota más curiosa fue la vez que, en Copenhague,
Dinamarca, en 1974, cien fans me confundieron con una estrella del pop con la
que estaba y me cayeron encima chillando. Luego, al ver que no era él,
empezaron a pegarme, histéricas. Me salvó el conserje del hotel, sacándome
chicas de encima. He estado a punto de morir seis veces (terremotos, atentados
terroristas, paramilitares deteniéndome y llevándome a un paredón, accidentes
de aviación...), pero esta fue la más increíble. En fin... que a lo mejor un
día hago un libro sólo de anécdotas. Ahora podéis leer mis “Memorias” para
conocer las literarias.
13. ¿Se puede, hoy y en España, vivir de la literatura?
Jordi: Si uno quiere ser médico o abogado, estudia esa carrera,
le dan un diploma y ya está. Si quiere ser lampista o albañil, es un oficio, lo
aprende, y ya está. Pero ¿cómo se hace uno escritor? No hay reglas, todos nos
hemos tenido que buscar la vida como hemos podido, cada cual tiene su propia
historia y experiencia. ¿Quieres ser astronauta? Hay poquísimos... pero un
español, Pedro Duque, fue al espacio dos veces. Por lo tanto, ¿por que no
puedes ser tú el segundo? Hay que intentarlo. Los sueños son para que ahora, en
la adolescencia, vayáis a por ellos (los que tengáis sueños, porque hay muchos
muertos andantes, zombies culturales). Claro que vivir de escribir lo consiguen
muy pocos. En España habrá... no sé, 50, o 100, o menos. Pero de la misma forma
que mi padre decía que e moriría de hambre y lo conseguí, alguien ha de seguir
haciéndolo. ¿Es difícil? Pues sí. Pero ya está bien de materialismos. El dinero
se gana disfrutando, poco a poco. Cada vez que oigo a un padre diciéndole a su
hijo que estudie algo “con salida”, me dan ganas de gritarle: “¿Qué es tu hijo,
una autopista?”. Hoy en día nada te asegura el futuro. Nada. Por lo tanto, con
más motivo hay que arriesgarse por tu propia libertad.
14. Pronto la Fundación Jordi Sierra i Fabra inaugurará
su sede en Barcelona. ¿Qué podremos encontrar allí?
Jordi: Será un centro cultural, biblioteca, aula... Un sueño. En
la parte baja hay un salón de actos para unas 100 personas, con equipos de
proyección, y la biblioteca general con libros donados por la revista CLIJ, El
País, las editoriales y por supuesto los míos. En la parte de arriba, que no es
sino una pasarela, estará la exposición permanente con todos mis libros y mis
tesoros de toda una vida: las mesas en las que he escrito desde los 8 años, las
máquinas de escribir utilizadas, mi tocadiscos de los 16 años, mis premios,
recuerdos varios, fotos, paneles gigantes con mis entradas de conciertos
históricos, posters, los originales de libros emblemáticos, los guiones
escritos a mano, dibujos y novelas de cuando tenía entre 9 y 15 años. Nunca he
tirado nada. Vais a poder verlo todo. Mi anhelo es poder dar clases gratis,
enseñar, compartir, pero de momento me he arruinado con las obras, nadie me ha
ayudado, todo sale de mis derechos de autor (y los libros que compráis,
gracias), así que ya veremos. Hay que ir poco a poco. Si no se puede ahora será
más adelante. Pero la sede ya estará, que es lo importante. Esperamos inaugurar
en abril. Yo llevo 8 años sin dar charlas en colegios de España y volveré a
darlas... pero en la Fundación, que incluirá visita guiada por el museo.
15. ¿Cómo nació la idea de crear un concurso literario
para jóvenes?
Jordi: Lo pasé muy mal en la adolescencia. Es muy duro tener un
sueño y ser el único que cree en él. Pero me aferré a ese sueño. Sabía cómo
cumplirlo, estaba dispuesto a sacrificarlo todo y a no perder nunca el norte.
Por eso siendo un comentarista musical famoso y teniendo cinco revistas y
viviendo una fantasía junto a los grandes del rock, lo dejé todo para dedicarme
exclusivamente a escribir mis novelas (podéis leerlo en mis Memorias recién
publicadas por SM). De mayor me iba encontrando gente que tenía ese mismo
sueño, con padres como el mío o las inseguridades propias de la edad. Y me
dije: un día haré algo, hay que echar una mano. Como veis, no olvidé esa
promesa. El premio lo único que pretende es animaros a escribir, daros un marco
para que os lancéis a hacerlo y probaros a vosotros mismos. Por supuesto que
gana uno, que publica su primer libro, y es importante, maravilloso, pero lo
esencial es el todo, las cartas de ánimo que os mando, esas llamadas mías por
teléfono a los 30 o 35 primeros para hablar con vosotros, lo que compartimos
todos juntos. Sin motivación, no hay empuje. No quiero que se pierdan talentos.
Cuando uno puede, ha de contribuir, hacer algo, donde sea, pero hacerlo, sin
excusas. La falta de cultura ha llevado a este país al culo de Europa. El
egoísmo, la envidia, la estupidez, no han de formar parte de nuestras vidas si
nos sentimos y somos artistas. El maestro ha de enseñar al alumno, así ha sido
siempre. Tanto el premio como la revista La Página Escrita llevan mi espíritu.
16. Dentro de muy poco se conocerá al ganador de la
octava edición de tu concurso para jóvenes escritores, ¿has leído los siete
libros que fueron publicados gracias a tu esfuerzo y dedicación?
Si es así, ¿hay alguno al que guardes especial cariño?
Jordi: He leído los siete libros, y algunos de los finalistas
que intenté que se publicaran después de los premios (porque eso no lo sabéis,
pero luego trato de que los editores se mojen, algo difícil porque sois menores
de edad y no quieren saber nada de negociar con padres que se creen que sus
hijos son ya Premios Nobel). Y sí, tengo incluso mis favoritos, pero eso es
cosa mía, personal. No voy a revelar mis preferencias. Por eso tampoco soy
jurado de mi premio. No podría, por ética. A muchos os conozco de los foros. El
jurado es libre y soberano. Me atengo a las reglas.
17. ¿Qué recomendarías a los jóvenes que se presentan a
tu concurso pero no logran estar en Listas ni ganar?
Jordi: Esto es muy delicado y complicado. Hace unas semanas me
escribió una chica, desesperada, y me dijo: “Jordi, tengo 15 años y tres
editores me han devuelto mi primera novela. Voy a dejarlo”. Bueno... le pegué
una bronca (cariñosa) vía mail... ¿Primera novela? ¿15 años? ¿Dejarlo? Por
Dios... ¿qué os pensáis que es escribir? ¿Creéis que esto es Gran Hermano, La
Voz, cualquier programa de esos en los que sales y ya te haces famoso? Escribir
es la vida, y la vida son años. Yo escribí un libro por año, sin dárselo a leer
a nadie, aprendiendo, hasta que, lo he dicho antes, pude publicar. Si no
hubiera hecho todos los libros anteriores, con 15, 18 o 20 años, jamás habría
llegado a editar el primero. Sabía que necesitaba aprender. Si ahora, a vuestra
edad, creéis que por no estar ni en una Lista de Honor ya no servís, os
equivocáis y es que no habéis entendido nada. Precisamente en mi premio inventé
lo de las Listas de Honor para que al menos 30 de los concursantes os
sintierais importantes. Pero los que no llegan ni a listas... ¡no pasa nada!
Alguno habrá que en el futuro, si entiende esto, será más importante que todos
los demás juntos. Yo nunca gané ningún premio, nadie me llamó o me escribió, y
me dio igual. Yo a lo mío: aprender, y se aprende escribiendo sin parar y
leyendo sin parar. También hay algo que tenéis que saber: la mayor parte de los
que están en Listas tienen ya entre 15 y 18 años, que es también el grueso de
gente que manda poemas o relatos a la revista on line. Y la mayor parte de los
que quedan por debajo de listas, están entre los 12 y los 15. Y es lógico. Por
eso el premio tiene como techo los 18 años y en la revista he añadido la
categoría de 18 a 21. Si alguno o alguna de vosotros ha mandado, por ejemplo,
un libro al premio Plataforma Neo (tan parecido al mío aunque con su techo de
25 años), y trata de competir con personas de 22, 23, 24 años... va listo. Hay
demasiada diferencia. Pero lo importante es que tengáis opciones, y que después
del JSiF esté el Neo y después todos los demás. Para terminar: fijaos en el
caso de Alba Quintas. En su primer año, Lista de Honor Plata, el segundo Oro y
el tercero finalista y ganadora. Ese es el espíritu. Y si no hubiera ganado, sé
que habría seguido escribiendo, sin importarle que un premio le dijera que su
libro era el mejor ese año.
18. A todos nos sorprendió muy gratamente el proyecto de
La Página Escrita, ¿hace cuanto lo planeaste?
Jordi: Cuando cree las Fundaciones, en 2004, decidí escribir el
libro “La Página Escrita”, con mi método de trabajo para compartirlo con todos,
y hacer una revista virtual de apoyo con el mismo nombre. El libro lo pude
hacer y se publicó en 2006 (SM), pero la revista... no tenía gente, equipo, y
menos dinero para colaboradores. Han pasado 8 años y en 2012 sí, llegó el
momento. En Medellín primero éramos 3 personas y hoy somos 80, y en Barcelona
ya tengo un pequeño equipo que trabaja gratis, todos amigos, el mejor diseñador
de España, Alberto Monterde, que había sido Director de Arte de revistas como
Lecturas; Hortensia Galí, ex directora de Súper Pop y muchas otras revistas...
Así que por fin recuperé el proyecto, que ha salido exactamente igual a como lo
planifiqué en 2004. Todo el mundo me dice que es un acierto, que no hay nada
igual, que hacía falta, y lo sorprendente es que en estos años a nadie se le
hubiera ocurrido. Ahora mismo hay cola de personas que quieren colaborar, por
supuesto sin cobrar. Artesanía pura. Repito e insisto: es exactamente lo que
ideé entonces. Ha salido como la vi en mi cabeza aquellos días. Como veis: todo
tiene su tiempo. Paciencia.
19. ¿Qué tal te llevas con las nuevas tecnologías? La
Página Escrita es una revista online y tiene su propio twitter, la Generación
Jordilauriana también tiene twitter ahora, ¿veremos a Jordi Sierra i Fabra en
twitter pronto?
Jordi: Sé que aquí me llamaréis anticuado, pero tratad de
entenderme: le tengo un gran respeto a mi vida y a mi privacidad. Ya fui famoso
a los 25 años por mi vinculación con el rock. Iba a un concierto y a veces
firmaba más autógrafos que los músicos. Odiaría irme a una isla y tener a un
paparazzi pegado al culo, o que no pudiera estar tranquilo en el cine o
cenando en un restaurante. Fui de los primeros autores en tener una web propia,
en 1999. Y de los pocos que tiene foros, club de fans o como queráis llamarlo.
Pero no voy a estar en facebuques ni twitters porque sólo me faltaría, con la
de cosas que hago, tener que estar tuiteando y diciendo “Llego a Colombia”,
“Estoy cenando”, “Llueve y me mojo”... Mi intimidad es mía, comparto lo que
queráis en los foros, mi casa está abierta, pero la Red es un monstruo que hay
que controlar. Tampoco me gusta esta simplificación del “me gusta esto” o del
“tengo 123 amigos”. La directora de la revista ha abierto un twitter, con mi
permiso, y da noticias mías, pero nada más. Si queréis saber de mí, en mi web
está mi agenda (Encuentros y presentaciones) y en Noticias lo que me va
pasando. Si no, me lo preguntáis a través de los foros.
20. ¿Cuál dirías que ha sido el mejor consejo que has
recibido como escritor?
Jordi: Yo nunca doy consejos, no me gusta. No me fío de la gente
que da consejos (son los primeros en no seguirlos, y además se ponen tan
pomposos al hablar...). Pero sí, de joven me dieron uno y lo he seguido. A los
18 años se me ocurrió llevar un libro titulado “Sombras” a un editor. Imaginaos
cómo era, con este título. El tipo me preguntó si era autobiográfico o
inventado, y yo, pardillo, pensé que era mejor lo primero. Cuando se lo dije,
me lo puso en las manos y me soltó: “Hijo, tú vida no le importa a nadie”. Y
con los años en ninguna de mis novelas salgo yo... salvo en dos o tres, y
siempre es para reírme de mí mismo (“El asesino del Sgt. Pepper’s”, “Mis
salvajes rockeros”). Hasta mis “Memorias”, que no es una novela, siempre he
quedado al margen. Curiosamente ahora mis editores me piden que novele mi
infancia y mi adolescencia. Me resisto, aunque es probable que cualquier día
caiga porque ahora empiezo a verle un sentido a contarla.
Bien, gracias por estas preguntas, y lamento la extensión
de las respuestas, pero es que siempre me enrollo. La culpa es vuestra. Os
quiero, os respeto, merecéis mi máxima atención, y este blog me parece un
acierto. Si dentro de 50 años un Jordilauriano recibe el Nobel, seguro que
hablará de esto y de estos días.
GJL: Muchas gracias para tomarte el tiempo y la molestia de
contestar todas nuestras preguntas.
Esperamos verte pronto en la entrega del premio JSiF o en
la feria del libro. Y sobretodo esperamos que sigas escribiendo muchas mas
novelas que nos sigan haciendo soñar.
Desde la Generación Jordilauriana queremos darte las
gracias por estas maravillosas oportunidades que nos has dado a los jóvenes con
tu concurso y con La página Escrita.